Thursday, March 26, 2009

Encuentran rocas que podrían almacenar gases invernadero


Los geólogos han cartografiado formaciones rocosas de 15 500 km de extensión en los Estados Unidos que podrían usarse para almacenar parte del exceso de dióxido de carbono que se acumula en la atmósfera.
El dióxido de carbono liberado por la quema de combustibles fósiles ha estado acumulándose de forma continua en la atmósfera desde el inicio de la Revolución Industrial. Aunque parte del gas invernadero es captado por las plantas y absorbido por los océanos, aún queda una cantidad significativa en el aire, atrapando parte del calor superficial de la Tierra que de otra forma sería irradiado al espacio y, de esta forma, calentando el globo.

Los científicos e ingenieros han propuesto diversas formas de atrapar y almacenar artificialmente parte de este exceso de dióxido de carbono en acuíferos subterráneos y otras grandes formaciones rocosas.
Ahora los científicos del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia y la Investigación Geológica de Estados Unidos (USGS) han estudiado los Estados Unidos y encontraron 15 500 de rocas ultramáficas en o cerca de la superficie que podrían ser ideales para almacenar el exceso de gas. Las localizaciones de las rocas se detallan en el informe de la USGS.
Originadas en las profundidades de la Tierra, estas rocas contienen minerales que reaccionan de forma natural con el dióxido de carbono para formar minerales sólidos, un proceso conocido como carbonatación mineral que podría ser un mecanismos de almacenamiento perfecto.

Otros esquemas del conocido como secuestro de carbono se han centrado en almacenar el dióxido de carbono en forma líquida o gaseosa, pero estas propuestas se han encontrado con preocupaciones sobre las filtraciones.
El mayor inconveniente de la carbonatación mineral natural es su ritmo lento: normalmente se necesitan miles de años para que las rocas reaccionen con cantidades medibles de dióxido de carbono. Pero los científicos están experimentando formas de acelerar la reacción disolviendo dióxido de carbono en agua e inyectándolo en la roca, así como capturando el calor generado por la reacción para acelerar el proceso.
“Esto ofrece una forma de librarse de forma permanente de las emisiones de dióxido de carbono”, dice Juerg Matter, científico en el Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de Columbia, donde se llevan a cabo un amplio rango de proyectos para abordar este problema.
Las rocas ultramáficas de los Estados Unidos podrían ser suficientes para alojar más de 500 años de la producción de dióxido de carbono de Estados Unidos, dijo el autor principal del informe, Sam Krevor, estudiante graduado que trabaja en el Centro Lenfest para Energís Sostenible del Instituto de la Tierra.
La mayor parte de las localizaciones están convenientemente encajadas en bandas a lo largo de las costas este y oeste — cerca de algunas de las grandes ciudades incluyendo a Nueva York, Baltimore y San Francisco.
“Estamos trando de demostrar que cualquiera que esté a una distancia razonable de estas formaciones rocosas podría usar este proceso para secuestrar tanto dióxido de carbono como sea posible”, dijo Krevor.
Klaus Lackner, que ayudó a originar la idea de secuestro mineral en la década de 1990, espera que pueda llevarse a cabo un esfuerzo de cartografiado global para encontrar más áreas de almacenamiento.
“Es realmente un gran paso adelante”, comentó.
Otra roca, el basalto volcánico común, también reacciona con el dióxido de carbono, y hay esfuerzos en marcha para cartografiar en detalle también este tipo de roca.


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