Thursday, December 01, 2011

A Diamond is not Forever; trabajo final sobre el C

Escucha la historia que éste anciano te contará, sobre como se convirtió en alguien esencial para tu vida y la de todos los demás.

Ésta historia comienza con una gran decepción; hay fiestas a las que no te invitan, pero no es importante por que después te enteras que no fue tan buena, sin embargo a mi no me invitaron a la madre de las fiestas, a la que dio origen a todo. Estoy hablando del Big Bang debido a que necesitaba una triple colisión de partículas alfa -según me dijeron- y a pesar de que las había en suficiente cantidad, el Universo se expandía y enfriaba demasiado rápido para que la probabilidad de esto fuera significativa.

Esa fue la primer discriminación que me hicieron debido a mi tamaño, se que soy de los pequeños, el sexto, para ser exactos, pero aun así me sentí muy mal. Tras esto decidí que tomaría venganza y no podrían tomar un café o respirar sin saber de mi. Tenía que ser alguien importante. Desafortunadamente a veces la mejor manera de darte a conocer es empezar como ayudante y a pesar de haber nacido en las estrellas, me di a conocer a tus ancestros en los desechos de la combustión, sobre todo de la madera. Así fue como conseguí mi nombre. Dada mi capacidad para arder.

Con el paso del tiempo, la gente notó mi importancia, al grado en que hablan de mi hasta en la Biblia, lo que no sabían es que yo no sólo era el carbón que usaban, podía tomar otra forma que les resultaba muy atractiva, y que aun hoy en día es muy apreciada, sobre todo por las mujeres, cuya felicidad es dependiente del tamaño del que tienen en su anillo, el diamante.

Pero les tomó mucho tiempo para notarlo, fue hasta 1704, que Newton, tras analizarme y hacer lo mismo con un diamante, notó la relación e intuyó nuestra similar composición, que más tarde confirmó Lavoisier evaporando un diamante utilizando una lupa y luz del sol, destruyendo el slogan de aquella famosa compañía de diamantes, que dice que un diamante es para siempre.

Así fue como me reconocían no sólo como un combustible, o un utensilio de escritura, además me había dado un estatus y todos querían tenerme.

Por otro lado me había comenzado a hacer fama en otros aspectos, por ejemplo los antiguos egipcios cuando debían festejar algo tomaban bebidas que tenían efectos que ellos consideraban divinos, éstas bebidas tenían al espíritu de la fiesta en ellos, estoy hablando de compuestos formados por mi y otros átomos, llamados alcoholes; mismos que han acompañado al hombre a lo largo de su historia, en sus celebraciones y derrotas.

Hablando sobre mi capacidad de unirme con otros átomos, resulta que el hecho de que me excluyeran me hizo entender que no es agradable ser rechazado, por lo que deje de discriminar, y modifique mi forma de ver a los demás y de ser visto, creando hibridaciones, que permiten formar distintos tipos de “amigos”; ya sea uniéndome sólo de forma simple, o teniendo relaciones más intensas donde comparto casi todo con el otro átomo.

En fin, siguiendo mi historia; necesitaba ser más reconocido, a estas alturas sólo conocían algunas de mis capacidades, y yo estaba seguro de que era capaz de más, pero tras un tiempo de descanso, regrese a mi labor y permití que más personas conocieran sobre mi, dando lugar a interesantes descubrimientos; en primer lugar, en el siglo XIX, los científicos observaron que toda la materia viva me contenía, por lo que al notar mi importancia intentaron hacer mi biografía y estudiarme más a fondo, y así crearon una nueva rama de la química, llamada química orgánica, donde me he destacado, pues soy el elemento del que se conocen mayor cantidad de compuestos y cada año encuentran medio millón más aproximadamente. Además en ese mismo siglo descubrieron la estructura de los azúcares, y posteriormente de los carbohidratos en general, notando mi importancia como fuente de energía para los seres vivos.

Entonces fue cuando un canadiense, triste por que no podía ir a ver a su novia por las noches debido a que no veía nada, se puso a llorar en mi hombro y le sugerí algunas cosas que podía hacer, así obtuvo un compuesto a base de mi, que les permitía alumbrar las calles, lo llamaron queroseno, lo que estableció las bases del estudio de hidrocarburos, mismos que hoy en día impulsan casi todos los vehículos sobre la tierra, así que no importa por que medio viajes, muy probablemente yo te estoy impulsando; no importa cuanta gente me quiera dejar de usar, sigo siendo más que mayoría.

Tiempo después, tomando el café con algunos científicos interesados en encontrar alguna manera de datar objetos antiguos, les comenté que mi hermano mayor C14 tenia dos características muy interesantes, estaba presente en todos los seres vivos y al envejecer se iba pareciendo cada vez más a mi. A ellos les pareció interesante y encontraron una aplicación muy útil para poder datar objetos y fósiles con muchos años de antigüedad.

Estaba contento por lo útil que era en la vida de mucha gente, pero sentía que ellos no notaban mi importancia, así que fui a quejarme con los señores de IUPAC, que notaron mi enojo y para que me tranquilizarme, me dijeron que me usarían como patrón para obtener los pesos atómicos, me pesaron y me multiplicaron por un cierto número para que fueran 12 gramos; así que la definición de mol, también me incluye.

Deje que la gente me investigara un poco más, pero también confesaré que me dormí en mis laureles, hasta un buen día que note que aunque la gente sabia bien quien era, había dejado de notar mi importancia entre ellos. Fue así que regrese a los laboratorios, en 1985, tras un arduo trabajo con los doctores Kroto, Curl y Smalley, logramos una nueva forma alotròpica mìa, el fullereno C60, trabajo que nos valió un premio Nobel en 1996. Pero, ¿Qué es mejor que ganar un premio Nobel?, ganar dos; así que yo quería otro, y deje que Andre Geim y Konstantin Novoselov tuvieran el honor de trabajar conmigo en un proyecto que tenía desde los años 30, que se trataba sobre otro alótropo mío, en este tenia un gran reto, mantenerme en dos dimensiones, pero tras mucho esfuerzo, innumerables desvelos y más café del que es legal tomar, logramos hacer observaciones muy interesantes de mi en mi forma de grafeno, fueron tan interesantes que sorprendieron hasta a las personas del comité Nobel, por lo que nos dieron otro premio Nobel el año pasado en Física; sabía que estos descubrimientos abrían todo un nuevo campo de investigación, llevando además a otras estructuras conocidas como nanotubos. Éstas tres estructuras representan materiales fundamentales para la nanotecnología, así que la emoción de haber logrado mi objetivo y además dar bases para seguir cambiando el futuro y las investigaciones en las próximas generaciones me emocionó a sobre manera.

Ya más tranquilo, me fui a México para tomar un poco de tequila como debe ser y celebrar mis logros, y en la borrachera, salio la plática con los científicos mexicanos sobre mi composición, ellos no me creían que yo formaba al diamante, así que los reté, les dije que lo comprobaran sintetizando un diamante a partir de mi. Y como lo más cercano que encontramos en ese momento que me contuviera para poder utilizarlo fue el tequila que nos estábamos tomando, se pusieron a evaporarlo y someterlo a grandes presiones, y así fue como hicieron diamantes con tequila (además del barato, que decepción).

Tras todos mis logros me puse a analizar estadísticas sobre mi y descubrí algo que no sabía, mis fans –otros que querían ser como yo- ocupaban cerca del 0.2% de la corteza terrestre, eso es algo a lo que yo llamo popularidad.

Aun no supero esa cruda de México, pero ten por seguro que en cuanto lo haga, me pondré a investigar más formas de cambiar tu percepción de la vida; por lo pronto puedo estar seguro, que el que no me invitaran a aquella afamada fiesta del Big Bang, fue lo mejor que me pudo pasar pues me inspiró a trabajar por ser ampliamente reconocido y que nunca me discriminaran de nuevo. Salud!

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